Mi mamá murió el día de la madre bajo la luna llena.

23.6.19


Si solo mis deseos se hicieran realidad, pediría que vuelvas...


Ay, ese título... Este es un intento de recordar lo que lentamente estoy olvidando. No quiero que pase eso. 

Nací sorpresivamente en la década de los 90s, justo en la mitad, gracias a dos seres humanos que no estaban casados, que entre ellos había 10 años de diferencia de edad y que ya se habían convertido madre y padre en años anteriores pero con otras personas. Tuve una linda infancia (a pesar de haber estado un mes en el hospital a los 5) pero casi no los tengo en ningún recuerdo y mucho menos a mi papá; siento que mi hermano (16 años y medio mayor que yo) fue mi mamá y mi papá cuando yo era chiquita. Durante la semana vivía en un barrio y en el fin de semana vivía en otro, tenía muchos amigos en uno y no conocía a nadie en el otro. Todo lo que yo pedía, lo tenía. Siempre estaba creando algo y a los 8 años dejé de jugar porque sentía que tenía que comportarme como una persona madura. A pesar de no tener muchos recuerdos de mi mamá y mi papá en la infancia, sé que estaban, quizá no abrazándome todo el tiempo pero yo fui (y un poco sigo siendo) una hija sobreprotegida.
Cuando era adolescente empecé a ser más cercana a mi mamá y la casa en la que vivía era completamente mi hogar; mi lugar favorito sin que yo lo sepa en ese entonces. Yo volvía de la escuela y todo era cómodo. Invitaba amigas y mis papás, especialmente mi mamá, las trataban como me tratan a mí, como unas reinas.
Aunque yo tenía todo lo que necesitaba, sabía que había algo diferente en mí desde que tengo 12 años; desde ese año, en abril cambié y no lo demostraba. El cambio fue cuando mi perro Terri murió; yo lo consideraba mi mellizo con él que crecí, teníamos la misma edad y estuvimos juntos desde que él era un cachorrito y yo una bebé.
Empecé a tener momentos en los que yo solo sentía tristeza pero yo sonreía y reía mucho. Mentía para que me vayan a buscar al colegio porque no soportaba estar ahí; era tan buena mintiendo que incluso yo creía esas mentiras como cuando decía que quería vomitar, lo pensaba tanto que en realidad al final yo vomitaba. Mi papá detestaba que haga eso, a él solo le importaba que yo estudie y que sea la mejor alumna, así que yo por eso comencé a no prestarle atención a nada de la escuela y tenía las peores notas porque no me importaba ya que a mi papá tampoco le importaba como yo me sentía. Demasiado adolescente. Durante mi infancia yo era una buena alumna y tenía buenas notas y sé que si yo no me hubiera sentido sola por parte de mi papá, yo podría haber sido también buena alumna en la adolescencia pero no, no me importaba, reprobaba Educación Física y Natación solo porque no iba o porque no quería siquiera hacer lo que me pedían. Siempre volvía en el verano para rendir como 8 materias y a todo lo 'estudiaba' la madrugada anterior y aprobaba. Recuerdo perfectamente estar en clases de Matemática mirando al techo y otras clases diciendo que me dolía la mano, así que no iba a escribir nada. Sorprendentemente, los profesores parecían adorarme a pesar de todo y siempre había compañeros que me hacían la tarea, trabajos prácticos y que me ayudaban en los exámenes.
A los 15 años decidí hablar con una psicóloga (de nuevo, a los 11 fui por primera vez) y a pasar recreos con la psicopedagoga del colegio, porque yo sentía que lo necesitaba. Mis compañeros estaban muy acostumbrados a verme sonreír y a verme llorar; me dieron el apodo 'sonrisas' y cuando me veían llorar simplemente me dejaban sola, ya era algo normal y eso me daba risa, como ahora al recordarlo.
A los 16 algo empezó a ser más intenso y mi mamá lo notó, me dijo que sería mejor que yo abandone el colegio, sane y vuelva el próximo año, porque le preocupaba mucho como yo estaba. Yo no recuerdo mucho pero sé que mi pensamiento estuvo dividido en un no y en un sí; no, porque yo siempre sentí que tuve que cumplir con todas las responsabilidades y que nada de lo que yo sentía o quería importaba, y el sí era porque yo ya me daba cuenta de que mi mente era otra y de que todo se sentía más pesado. Ese año dejé el colegio y fui a pasar mañanas con otras psicólogas. Fui diagnosticada, me dijeron que tenía depresión y ansiedad y creo que me dijeron que mi ansiedad era mucho más grande. Así que mi mamá tenía razón, ella ya notaba que algo me estaba pasando y no era simplemente ser una adolescente o estar triste, ella ya sabía.


Un gran cambio...


Mi mamá era una persona super alegre y divertida pero muy llorona también. Muchas veces yo con solo decirle en forma de broma 'estas llorando', ella empezaba a llorar sin ninguna razón. Creo que escondía sufrimiento y tal vez ni siquiera ella se daba cuenta qué escondía. Ella era emocional y ser emocional no es lo mismo a entender todo dolor que sienten otros, al principio ella no me comprendía, no podía entender por qué yo estaba sintiéndome de tal forma y si me veía llorar, ella se enojaba conmigo pero después volvía y me abrazaba. Le costó años entender qué era la depresión y eso no es algo poco común, a eso podes encontrarlo en todos lados; personas que creen que no tener buena salud mental es lo mismo que sentir tristeza por unos minutos y otras cosas más, pocos entienden la gravedad, pocos se ponen en el lugar del otro. Mi mamá aprendió y eso nos unió mucho. Empezamos a ser mejores amigas e incluso compartíamos habitación. Ahí se formó una hermosa relación madre-hija.

Mi mamá era una mujer muy energética e inquieta. Ella nunca se quedaba en un lugar por mucho tiempo, ella siempre tenía que estar haciendo algo y no se cansaba fácil o si se cansaba, ella igual seguía. Era muy trabajadora; de hecho, comenzó a trabajar a los 13 años y eso no me gusta, era muy chiquita y jamás paró.
Ella tenía una muy buena higiene y cuando yo le decía algo malo bromeando, como por ejemplo 'qué tonta', ella contestaba 'pero limpita' y era muy cierto. Ella era muy limpia y no podía soportar que la casa no esté de esa forma y/u ordenada.
Mi mamá era una persona muy empática y odiaba ver sufrir a otros seres vivos. Mi salud mental la hizo mucho más comprensiva de lo que era antes. Gracias a ella aprendí a ver las situaciones de maneras diferentes. Hablábamos de todo, siempre hablábamos mucho y ella me enseñaba a ver las cosas desde otro lado más empático y nadie más me enseñó eso. Siento que la mayoría de la gente que conocí te enseña más a ser alguien frío y nada empático. Por suerte, mi mamá me enseñó mejores cosas antes de irse. 💚💚💚💚💚💚💚💚💚
Ella era una mujer muy chistosa, alegre y su humor cambiaba muy rápido, así que podía enojarse con fácilidad pero volvía a estar bien. Tenía un carácter muy fuerte y sabía defender. También había mucha juventud en ella, demasiada. Era una persona muy maternal y muy familiera. Podía ser alguien maternal con cualquier persona que lo necesite. Le molestaba mucho que existan padres irresponsables que no saben darle amor a sus hijos; si vos necesitabas el cariño, comida o consejo de tu mamá y ella no te lo daba, mi mamá sí, mi mamá te iba ayudar porque a ella le importaba mucho eso.
Amaba bailar y amaba cantar. Le gustaba mucho la música bailable y no le gustaban las películas. Tampoco le gustaban las telenovelas porque miró muchas en su juventud y ya se había cansado. Le encantaban las voces poderosas como la de Valeria Lynch o Patricia Sosa y de hecho, ella siempre quiso que yo vaya a la escuela de Valeria porque desde que soy chiquita me encanta actuar, bailar y cantar.
Era muy patriota y debo admitir que eso no me gustaba tanto, más cuando yo decía que yo me iba a casar con un extranjero, su expresión era graciosa así que lo repetía más de una vez solo para molestarla y reírme. Le hubiese gustado aprender hablar en inglés solo porque se habla en todos lados pero en realidad le atraía más el portugués y alemán y más de una vez me pidió que le muestre videos de entrevistas de una banda alemana, solo para escucharlos hablar porque le gustaba ese idioma.
Coleccionaba muchas recetas y le gustaba cocinar... Bueno, quizá no tanto. Le gustaba crear ropa; me acuerdo cuando yo era chiquita las dos le hacíamos ropa a mis muñecas y era re linda.
Era una fanática total del fútbol y cada vez que Belgrano de Córdoba (su equipo favorito) o la selección perdían, ella se enojaba y empezaba a insultar. Sabía mucho de ese deporte y a veces discutía con mi papá, quien en comparación a mi mamá no sabía nada.
Podían verla como alguien tímido o como alguien delicado y amable. Repito, era muy chistosa, podía hacer reír fácilmente y sabía entretener. Tenía un acento raro para algunas personas y en vez de decir 'yo' decía 'sho', lo cual era llamativo para algunos porque ella nació en Cruz del Eje y allá no hablan de esa forma. A veces hablaba bajo y muchas otras veces parecía que gritaba o que estaba enojada. Su voz no era delicada y yo le decía algunas cosas sobre su voz que la hacían reír. Era una persona fuerte e impulsiva; mi mamá era muy de querer pelear y discutir y eso me da risa.

Ella era una mujer delicada y suave, que fácilmente podía convertirse en una mujer muy fuerte y valiente.



Así como se dice que las hijas son celosas del padre, en realidad yo lo era con mi mamá. Desde muy temprana edad yo me daba cuenta como los hombres la miraban y yo casi los odiaba, me hacía enojar pero no lo decía. Mi mamá era muy sensual y encantadora. En sus primeros años de vida ella tenía su pelo muy rubio y con el paso del tiempo fue oscureciendo hasta llegar a marrón oscuro. Tenía piel blanca como la leche pero un lindo bronceado en su cara y brazos (algo así como naranja pero de forma natural), cuando reía y le hacía mucho frío su cara se ponía toda roja y si pasaba mucho tiempo expuesta al sol, su cara y brazos se oscurecían fácil pero el resto del cuerpo quedaba igual de blanco como estaba antes. Su forma de cara, creo que era ovalada. Tenía ojos color miel, no tan claros pero en el sol se podían ver unos puntitos verdes, de tamaño mediano con los párpados un poco grandes. Nariz... no tan pequeña, jaja, siempre quiso operarse, de frente se veía redonda. Boca mediana con labios carnosos, especialmente el inferior que parecía que estaba a punto de caerse de lo grande y gordito que era. Mirada dulce y sonrisa tímida pero si quería podía darte una mirada seductora también(?). A veces hacía caras graciosas. Durante su juventud se quejaba de ser una persona muy flaca; medía menos de 1.65 y en las fotos se puede notar lo delgada que era, pero eso cambió al quedar embarazada cuando tenía 37 años y se arrepintió de desear aumentar de peso. De más grande no era gorda pero tenía más grasa y yo bromeando le decía que tenía el cuerpo como Homero Simpson por lo redondo, ella se reía mucho. Tenía la cola parada, jaja, las nalgas grandes y creo que el cuerpo reloj de arena, era armonioso a pesar de parecerse al cuerpo de Homero. De ella heredé una hermosa forma de uñas, entre más cosas. Cuando las canas llegaron a su vida, ella empezó a teñirse el pelo marrón oscuro y por alguna razón que desconozco, parecía que odiaba el pelo rubio y no le gustaba haber sido rubia.

Me arrepiento tanto de nunca haberle dicho que yo la veía hermosa.



Estaba casi en el final pero perdí y tuve que volver al inicio...


A mis 20 años comencé a sentirme mucho mejor. Tuve intentos fallidos al querer estudiar de nuevo, por diferentes razones pero por lo menos había empezado a ir a clases de actuación, danza y canto.
Faltaban 6 meses para que yo cumpla 21 años y yo ya quería estudiar, así que investigué y me pude anotar en un instituto a distancia para adultos. Mi vida parecía estar cada vez mejor y me iba muy bien en los exámenes. Estaba a un mes de cumplir 21 años; yo salía a bailar, me divertía, salía con un chico que me gustaba mucho y era muy bueno conmigo y de sorpresa, vino de visita a mi casa una amiga virtual que vive en otra ciudad. Pasé tiempo con mi amiga y todo era lindo, hasta que una noche quise salir a bailar con ella y mi papá me dijo que sería mejor que yo me quede en la casa porque mi mamá estaba a punto de hacerse unos estudios y yo no entendí qué tenía que ver, no le di importancia e incluso creo que me molesté pero obviamente, salí. Poco sospechaba yo lo que estaba pasando... Yo estaba yendo a clases de actuación y tuve que dejar porque me dio paperas, mis días de diversión pasaron, estaba siempre en mi casa. Pasó un mes y mi mamá tuvo su primera cirugía, le quitaron una mama y yo no sabía qué era lo que realmente tenía pero al ver eso sospechaba y no quería que fuera lo que yo pensaba. Yo no le preguntaba nada, estaba negada, todo era muy obvio pero no quería ver la realidad.
Pasó otro mes, era junio: en menos de una semana murió una perra mía que estuvo con nosotros por 4 años como también murieron mis dos computadoras, me fue mal en uno o dos exámenes y por estar discutiendo con mi mamá mientras caminábamos, ella me gritó que tenía cáncer. Solo recuerdo eso pero siento que me olvido de otra cosa mala que pasó y la verdad es que solo veo oscuridad al querer volver a esos días, no sé qué hicimos al volver a la casa después de caminar, solo sé que yo me quedé en silencio. No sé qué hice, no sé qué pensé, no sé qué le dije. Creo que yo siempre trato de reprimir todo lo malo que me pasa, 'nunca tengo buena memoria' y parezco más fría de lo que realmente soy.

¿Qué carajo pasó? Me duele no recordar como yo la ayudaba y de qué habremos hablado. Me duele no recordar, que todo sea oscuridad en vez de imágenes y sonidos. Odio recordar pero por ella quisiera haber filmado todo, ella merece ser recordada, hasta lo más simple.

Solo tengo oscuridad y recuerdos borrosos. Una noche salí a bailar y cuando llegué, ella seguía despierta, hacía mucho frío. Yo miré My Mad Fat Diary mientras comía algo y ella me pidió, quería probar, me acuerdo que a mí no me gustó querer darle lo que yo comía. Miraba muchos videos de Troye Sivan; gracias a su influencia pude lograr hacer algo antes de que mi mamá muera y eso lo aprecio.



Últimos días...


Llegó su -sin saberlo- último cumpleaños. Algunos familiares vinieron a mi casa, todo fue tranquilo y agradable. La tele estaba prendida y estaban dando Ridiculousness (programa que le gustaba a mi mamá) y mi tía Martha dijo “a mí me gusta un programa en donde pasan cosas graciosas y hay una chica que se ríe raro“ a lo que mi mamá respondió casi con orgullo¿? “¡es ese!“. La verdad es que no entiendo por qué se me quedó grabado eso en mi memoria pero me da ternura la forma en que mi mamá respondió.
Ese día tuvimos nuestra última foto juntas, no me gustaba como salía ella porque parecía más vieja y muy diferente a como se veía frente mío. Parecía otra persona, una mujer más grande de edad que sonreía como mostrando amor pero que estaba cansada, no entendí por qué lucía tan diferente en esa foto ya que nunca había pasado algo así y tampoco entiendo por qué no hice que tuviéramos más fotos.
Ella iba y volvía del hospital. Ser religiosa creyente e hipocondríaca no la salvó del dolor, espera y muerte. Se sintió sola, tenía bronca, dejó de creer realmente aunque ella quizá les mintió a las personas que sí creían pero a mí me decía otras cosas y todo fue injusto.
Una de las últimas conversaciones que tuvimos fue sobre lo mucho que me gusta actuar, bailar y cantar y que odiaba no poder tener plata ni oportunidades para avanzar en ese tema. Yo lloré sin querer realmente y su reacción me hace sorprender ahora, ella me dijo que lo primero que iba hacer al estar mejor de salud iba a ser conseguir muchos trabajos solo para pagarme las clases. ¿Alguien puede entender lo que pasó ahí? Estaba muriendo, literal, sentía mucho dolor pero en lo que más pensaba era en lo que a mí más me apasiona? ¿En serio?
En agosto pude confesarle algo que tenía muy guardado en mí y que era importante pero ella ya era otra...
En septiembre fue al hospital y tuvo que quedarse definitivamente. La visité unas veces pero yo estaba resfriada y ella me dijo que no vaya más para que yo no me enferme más, lo cual me pareció algo bueno porque yo odiaba ir al hospital, creo que era una forma de querer negar lo que estaba pasando y vivir en un mundo de mentira donde todo estaba bien. Un domingo mi hermano me dijo de ir a visitarla y de ir a la iglesia, él es creyente pero yo dejé de serlo hace muchos años y no se lo dije a nadie más que a mi mamá; yo no quería ir, sé que no quería ir a visitarla porque me dolía y enojaba que esté ahí, yo quería seguir negando la realidad y discutí con él y con mi papá, lloré y le dije a mi mamá que me perdone. Nos comunicábamos por teléfono solamente pero yo quería ir a verla, eso le dije el lunes, a lo que ella me respondió “mejor vení a verme el domingo que es el día de la madre“. No entendí por qué quiso que la visite ese día, es que faltaba casi una semana para eso, ¿por qué no quería que la fuera a visitar en esa semana? No le pregunté, solo le dije que iba hacerlo y que le iba a dar un regalo, ella entusiasmada me preguntó si era una carta como las que yo solía hacer en mi infancia. Mi regalo era escribirle con mi letra el libro de El Secreto, esa creencia de que todo lo que está en nuestra mente se vuelve parte de nuestra realidad. Quise darle eso para que lea y pueda curarse sola, yo había leído que mucha gente se curó gracias al poder de la mente y yo ya estaba desesperada. No terminé de escribir ni la mitad, esas hojas quedaron en mi casa por mucho tiempo.
Era viernes a la noche y siempre hablábamos a casi la misma hora pero esa noche no pude entender nada de lo que ella decía, absolutamente nada y solo lloré, entendí que mi mamá estaba muy mal, caí en la realidad, ya no podía negarla. Estaba sola en mi casa y busqué ayuda en un grupo de Whatsapp donde no conocía a nadie personalmente y no me acuerdo de ninguna de esas personas ahora pero me ayudaron bastante. La razón por la que no fui a buscar ayuda de gente conocida fue porque mi mamá no quería que nadie sepa que ella estaba enferma pero pude contarle a esa misma amiga que vino a mi casa meses anteriores, nos conocíamos desde hacía cinco años en ese momento y pensé que iba a estar conmigo apoyándome porque éramos muy cercanas pero en realidad me ignoró y eso no me lo esperaba, así que no quise contarle a nadie más. Estaba muy decepcionada, tuve que pasar uno de los peores momentos de mi vida yo sola, sola personal y virtualmente. Tenía otras amigas y familiares pero no sentí que podía contar con nadie que me conozca, busqué apoyo de desconocidos.
Era sábado y mi hermano de la nada me dijo que me iba a buscar para ir a visitarla, a lo que yo le contesté que ella quería que fuera a visitarla para el día de la madre, o sea al otro día. Fuimos y la vi tan diferente a como estaba la última vez que la había visto. Esa última vez era ella, estaba mucho más amable que lo común pero era ella y ahora que la recuerdo ese día, siento que sufría mucho pero no quería que veamos ese lado. También me acuerdo que la vez anterior a esa la visitamos y al querer irnos con mi hermano y papá, yo sentía que tenía que volver a la habitación donde ella estaba. Mi papá había ido al baño, lo estábamos esperando en el pasillo y yo sentía una gran necesidad de volver a verla pero mi hermano decía que teníamos que irnos inmediatamente porque creo que él tenía que hacer algo y él era el dueño del auto en el que habíamos ido. Yo seguí sintiendo eso y fue parte de lo que hablamos la última vez que la visité y que era ella completamente; yo le dije que sentía que tenía que volver y ella en ese momento había tenido un pequeño accidente, había empezado a sangrar o algo se había desconectado y necesitaba ayuda pero no había nadie cerca, pasó un mal momento. Ella dijo que estábamos conectadas y por eso yo sabía lo que le estaba pasando, porque fue en el mismo momento, pero hicimos sentir culpable a mi hermano y tratamos de que eso cambie, no nos gustaba verlo así... Volviendo a ese sábado, yo veía a mi mamá dormida, mucho más delgada que la última vez, con menos pelo, ojos raros, hinchada, con el pecho gigante como si tuviera una piedra en él y horrible. ¿Qué mierda le hicieron? Mi mamá era hermosa pero ella estaba horrible, parecía una clase de sapo rarísimo. Además de tener cáncer, tenía un virus hospitalario y ''''''''''''gracias'''''''''''''' a ese virus vivió menos. No la pude reconocer, ¿en serio esa era mi mamá? Esa mujer durmiendo, esa mujer que le cuesta respirar, esa mujer que parece estar en otro mundo, esa mujer horrible que parece un sapo, esa mujer... ¿En serio es mi mamá? Mi mamá, la que era muy energética, la que tenía un lindo cuerpo redondo parecido al de Homero, la que era linda, ¿en serio es ella? Solo pude llorar y no me sorprendería si temblé. Mi hermano estaba conmigo, él ya sabía que ella estaba a punto de irse pero yo no, yo pensaba y sentía que iba a seguir con nosotros más tiempo. Me sorprendió que algunos familiares habían ido ese día, después de unos días empecé a pensar que todos sabían que mi mamá se iba a morir pronto pero yo no, estuve delirando pensando en teorías conspirativas, no lo soporté, ¿por qué todos la estaban visitando ese día? Me molesté bastante.

Últimas palabras...


La despertaron, hablaron con ella pero yo no, yo estaba un poco lejos de la cama llorando y ella no tenía idea de que yo estaba cerca. Parecía muy perdida, nadie entendía lo que decía.
En algún momento la saludé y hablamos. Ella, antes de eso estaba muy enojada y no sé por qué pero trataba mal a todos pero cuando supo que yo estaba, ella empezó a tratar de sonreír y a esforzarse en hablar claro. Lo noté cuando pasó, lo pienso ahora, ella siempre hizo esfuerzos por mí, incluso cuando estaba por morir, yo era muy importante para ella. Le contaba que la casa era un desastre desde que ella se fue y que una de mis perras la extrañaba. Le dije que la casa la necesitaba pero no pude seguir más con eso y directamente le dije que yo la necesitaba a ella, yo empecé a llorar y a ella no le gustó, me hablaba con mucha paz, me decía que no me ponga así y que ella me necesitaba a mí también. Cuando me dijo “yo también te necesito“ pude notar dolor en ella y que lo decía muy en serio. Yo le dije que ella tenía que estar bien y que iba a salir, ella casi sin fuerzas me respondía que ella estaba bien, que iba a estar bien y me sonreía. No puedo creer que se haya esforzado tanto por mí. A todos trataba muy mal, en serio, pero a mí no y yo la hice reír, yo la hice sonreír y ella quería que yo esté bien. Con los demás hablaba sin ganas y no se le entendía nada pero conmigo ella hablaba mucho mejor. Mi papá quiso llevarse el celular de ella porque temía que lo roben pero ella empezó a gritarle diciendo que lo deje ahí, se desesperó un poco y esto también me llama la atención porque mi mamá solamente usaba el celular para comunicarse conmigo. 🥺
Mi hermano me dijo que ya era hora de irnos pero me dijo eso como unas 4 veces, en todas esas veces yo me despedí de mi mamá. Ella y yo nunca nos decíamos 'chau' pero ese día nos dijimos 'chau' como 20 veces. Yo nunca me despedía de ella, cada vez que ella se iba a algún lugar yo le decía “volvé rápido“ o “no hables con extraños y mira los dos lados de la calle antes de cruzar“, pero ese día fue diferente. No entiendo qué pasó, por qué mi hermano me decía que nos íbamos y después ya no; yo volvía a estar con ella y nos despedíamos y volvía y nos despedíamos y volvía y nos despedíamos. Pareció a propósito. Esa fue la última vez que la vi con vida.
Regresé a mi casa, solo podía sentir que tenía una piedra gigante en el pecho, literal sentía que tenía algo con mucho peso en mi pecho. Quería distraerme, me puse a ver una película que me gusta mucho llamada Chronicle, lloré. Quería seguir distraída, miré un documental sobre Kurt Cobain. Quería distraerme pero nada lograba hacerlo, sentía mucho peso en mi pecho. Jamás había sentido lo que sentí ese día. Quise irme a dormir temprano pero me costaba. Cuando logré empezar a descansar, de la nada me desperté asustada y pensé “¿acaso siempre voy a sentirme así por mi mamá?“ , la tele estaba prendida y vi la hora, eran las 2 de la mañana... Repentinamente empecé a llorar, después a gritar y empecé a sentir un dolor muy grande, un dolor que nunca antes había sentido. Mi papá estaba durmiendo a unos pasos y vino asustado pensando que habían entrado a robar. No pudo controlarme. Esto estaba pasando en mi casa pero en el hospital a esa misma hora mi mamá estaba muriendo. Mi mamá murió el 16 de octubre del año 2016, mi mamá murió el día de la madre y estaba la luna llena ascendiendo con lo que está regido también por la luna y tocando el ego y lo que se ve de mi mamá junto a lo que yo siento. Mi papá estuvo conmigo tratando de hacerme sentir bien y pude calmarme, hablamos y yo le repetía que no quería que mi mamá muera en ese momento, sin saber realmente que mi mamá ya estaba muerta. Lo único que recuerdo que él me dijo fue que aunque ella ya no esté, cuando yo más la necesite yo voy a saber lo que ella me diría...
Me fui a dormir pero mi hermano me despertó a las 7, destapó la cama y me hizo sentar, me dijo “la má ya está con Dios“ y yo no dije nada ni tampoco lloré. Desayuné, me vestí para ir al velorio, fui la última en salir y cuando estaba sola en mi casa dije en voz alta “má, apurate que nos tenemos que ir. Má?“ y empecé a llorar, visto desde lejos y sin sentir, se podría imaginar a una persona loca pero la verdad es que eso fue lo me salió hacer en ese momento. Recuerdo que por la ventana del patio me podía ver una de mis perras.
Llegué al velorio, la vi en el cajón y no me acuerdo de nada. De ese día recuerdo pocas cosas. Yo estuve casi todo el día con mis primos y un amigo, incluso fuimos a tomar helado. Yo reí mucho. Yo parecía super feliz, solo reía con fuerzas. Una chica me miraba con cara rara porque yo me reía mucho, parecía que no entendía qué me pasaba. Todos lloraban, había mucha gente y no conocía a la mitad. Yo fui la única que no lloró y no quiero ofender a nadie pero estoy segura de que yo soy la que más siente la muerte de ella pero ese día yo no parecía triste. En un momento me senté al lado de mi abuelo de 93 años, el papá de mi mamá, lo vi triste y solo le agarré la mano. Quise tratar de abrazar a mi mamá más de una vez y me sacaban, no recuerdo quiénes pero me alejaban de mi mamá y eso me hacía enojar mucho, sentí odio. Le toqué toda la cara a mi mamá para poder recordar sus facciones por siempre, le pellizqué el brazo porque eso solía hacer desde que soy chiquita pero fue estúpido. Empecé a ver que las telas se movían y empecé a verla respirar, quería decirle a alguien que se fije que ella podría estar viva y sería horrible que la entierren estando viva. No me acuerdo qué pasó, creo que alguien me dijo que era el viento. Una mujer que no conocía me dijo que mi mamá siempre hablaba de mí, que ella estaba muy orgullosa de mí y mi hermano estaba cerca, yo lo miré a él porque sentí que era injusto que diga que mi mamá solo hablaba de mí y no dijo nada de mi hermano. Me sentí mal por él.
Pasé la madrugada en la casa de una prima, incluso cené ahí y agradecí riendo, le dije a ella junto a mi primo y amigo que mi mamá les agradecería porque estaban conmigo. Después se unió otro amigo, con él fui a la primaria y le tengo aprecio. No sé cuántas personas éramos pero llegó una hora en la que nos fuimos a dormir todos juntos en una cama y fue lindo aunque estábamos apretados, creo que eso fue lo mejor.
No sé cómo llegué al cementerio. Me la pasé abrazada con un chico que también forma parte de mi infancia, con él muchas veces nos besamos y en ese momento parecíamos novios muy unidos aunque no lo éramos. Caminaba abrazada a él. Pusieron a mi mamá ahí y me pedían que yo toque el cajón pero yo no quise, no le encontré sentido. Me despedí de todos y los chicos que estuvieron conmigo en la madrugada me dijeron que iban a visitarme a mi casa, cosa que nunca pasó. Llegamos a la casa con mi papá y yo puse a reproducir un video en donde mi mamá hablaba, me dormí escuchando su voz. Luego de eso no tengo idea de qué pasó ni tampoco sé cuándo es que caí, no sé si pasaron días o meses hasta que empecé a llorarla. No sé qué pasó, solo sé que yo tenía que seguir estudiando y mi mente estaba cada vez peor. El instituto donde estudiaba tiene como especialidad Economía y a mí siempre me fue mal con los números, todo era feo para mí pero logré terminar mis estudios en marzo y ese es uno de mis mayores logros, me da orgullo. Pero mi salud mental empeoró. Después de eso nada importa, no recuerdo el año 2017 pero sé que me convertí en mi peor versión, quizá fue mi peor año.

La muerte de mi mamá hizo que mi hermano, mi papá y yo seamos más unidos, porque antes no había tanta cercanía pero ahora sí.
Que se muera alguien que amas es muy feo, que se muera sufriendo es muy horrible y a eso le tuve que agregar mi salud mental. Mucha gente no entiende nada y es molesto que hablen sin saber.
Todo esto me hizo dar cuenta de que soy una persona muy fuerte. Yo desde hacía muchos años tenía en mente el tema de la muerte y por eso me gustaba y me gusta, valorar lo que hay en el día a día. No pensar que todo es para siempre de la misma forma.
Yo ya sabía que mi mamá iba a irse de mi vida muy temprano, porque desde chiquita imaginaba mi vida de adulta y ella nunca estaba ahí y éramos muy cercanas, así que yo sabía que ella no iba a estar porque se iba a morir. Es muy 'wtf? ¿Cómo vas a saber eso solo porque siempre imaginabas tu vida?' pero sí, en serio, mi mayor miedo era ese porque mis fantasías siempre se volvieron realidad. Yo intenté con fuerza imaginarme a mí de adulta con ella y simplemente no se sentía natural.
Aunque yo un poco sentía que ella no iba a estar conmigo por mucho tiempo, no lo pensaba así realmente. No imaginaba que ese iba a ser el último año con ella, que nunca más iba a poder decirle “¡feliz cumpleaños!“. No imaginaba que 'me iba a pasar a mí', ni siquiera en mis pesadillas lo esperé; incluso recuerdo ponerme triste cuando supe que la madre de Taylor Swift tenía cáncer, porque lo sentí como si me pasara a mí ya que ella y yo tenemos cosas en común con lo que tiene que ver en la Carta Natal sobre nuestra madre y lo veía como algo lejano. No imaginaba que nunca más iba a poder abrazarla, intento no pensar mucho en eso porque me desespero. No imaginaba que nunca más iba a poder mirarla y que me mire. No imaginaba que ella nunca iba a ser abuela, ella quería serlo. No imaginaba que nunca íbamos a volver hablar, ni siquiera me acuerdo si alguna vez le pregunté a qué edad fue su primer beso.
Me gusta mucho pensar que jamás sentí vergüenza con ella, como por ejemplo que hagamos muchas cosas juntas o situaciones en las que algunas personas sienten que son avergonzadas. Ella era mi mejor amiga y mi escudo, las demás personas no me valoraban ni un poco y a mí no me importaba, porque el amor de mi mamá me completaba. Me gusta mucho que hayamos pasado tiempo juntas y que yo le contaba casi todo, creo que solo hay 2 o 3 cosas de mí que no le dije pero yo le conté hasta eso que no quiere escuchar una madre de su hija.
Cuando mi vida sin ella inició, observé más y pienso que la mayoría de las madres y los padres son un asco y que mucha gente no debería traer humanos a este mundo, porque lo repito, son un asco. Yo tuve mucha suerte, porque estoy segura de que mi mamá fue una de las mejores mamás de este mundo.
Algo de lo que más me quedó de esta experiencia es que no se puede contar con nadie. No, no es de alguien solitario o amargado, es que hay personas que no saben qué hacer o qué decir porque no vivieron lo mismo y no lo sienten y se quedan como “ah, bueno, ¿y ahora?“.  Además es una carga bastante grande.
Yo pensé que iba a tener el apoyo de una chica que conozco desde los 8 años, a la cual consideraba una de mis mejores amigas pero ella se fue y no le importó. Yo pensé que iba a tener el apoyo de esa amiga que había estado meses anteriores durmiendo en mi casa, pero ella me ignoró y meses después me pidió disculpas. No hay que esperar tanto de los seres humanos, ni siquiera de los que te aman y conoces hace años porque no tenes idea de lo que puede pasar. Compartir sangre tampoco te debería dar seguridad de que todo va a ser igual. Las personas podemos ser una porquería muy fácilmente.

No soy de esas personas que extrañan pero tengo presente a mi mamá todo el tiempo y muchas veces la necesito un montón. Sé que esto va a seguir así hasta que yo muera. Para mí el duelo nunca termina cuando realmente te importa la otra persona, solo aprendes a vivir con eso y con el paso del tiempo vas aguantando mejor ese dolor o esa molestia.
Sentí cosas que no sabía que existían y no sé qué nombres darle. Pensé y analicé y pasé por las etapas del duelo muchísimas veces, en orden y de forma desordenada.
Miro a chicas como yo que tienen a su mamá viva y se llevan bien con ella y siento envidia.
Más de una vez traté de encontrar a mi mamá en otra gente y ese es un error estúpido. Creo que yo misma tengo que ser mi madre, porque ella ya está en mí.
En mis sueños siempre vuelve a estar viva solo para pasar un ratito conmigo pero después se va para seguir muerta. Así es mi mente. Quedó tanto por vivir, no lo puedo superar pero no puedo hacer nada, porque no tenemos tanta libertad y poder como creemos tener. El destino existe y la muerte es la prueba.

Simplemente quería escribir esto, porque no quiero olvidar algunas cosas, como que unas de las últimas palabras de mi mamá fueron “yo también te necesito“ y me lo decía a mí...


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