Lo que la demencia y mi papá me dejaron...

11.1.24

Camila Sisterna

If you don't have your memories, did you ever exist?


Desde que tengo 5 años me intereso por la salud y detesto ir al hospital y/o estar cerca de médicos, porque a esa edad estuve internada como por un mes a causa de que tenía Kawasaki y creo que fue la primera vez que sentí tristeza; me quería ir todos los días y esa tristeza duró todo un año, fue tanto, que no pude ir a primer grado hasta el otro año. 

Tener buena salud es algo muy importante para mí, lo cual es curioso, ya que actualmente no tengo buena salud mental ni física, pero cada día hago aunque sea una sola cosa para poder estar bien y los pequeños pasos cuentan. 

En el 2023 mi vida cambió de una forma tan rara para mí que todavía no logro comprender ni recordar mucho todo lo que pasó. Todo comenzó en realidad en el año 2020, pero hubo algunas pequeñas señales en el 2019... Mi papá tenía demencia y recién en el 2023 se la diagnosticaron, pero yo ya lo sospechaba de antes y nadie me tomaba en serio, absolutamente nadie. Éramos él, los perros y yo, pero él ya tenía síntomas desde hacía mucho tiempo y las personas creían en sus mentiras, así que sin entenderlo, yo fui la mala de la película para gente que nunca habló más de dos minutos conmigo y que le creía a un pobre viejo que decía cosas sin sentido. Nunca me preguntaron, nunca se pusieron en mi lugar, solamente atacaron y fue una de las peores experiencias de mi vida, me volví suicida. Yo lo estaba ayudando a mi papá, aunque me costaba el doble o triple de lo que se podría imaginar, ya que por mi salud, viví encerrada, sin poder tener experiencias normales, desde el 2011. Para ellos yo hacía todo con malas intenciones y no se ponían a realmente pensar que si yo fuera como decían que yo era, yo no tendría que estar encerrada sin poder tener una vida normal, yo tendría que estar afuera 'viviendo la vida loca', ¿o no hacen eso los que se aprovechan de otros? Yo no sé muy bien. ¿A ellos qué les iba a importar? Yo era la vaga, la que solo quería la plata de mi papá, según ellos, y no se tomaron el tiempo para conocerme un poco y para saber la verdadera razón de todo. Mi papá me ayudaba bastante y estaba de mi lado, pero su enfermedad a veces le hacía decir cosas que no eran ciertas, él veía monstruos en todos lados y cuando estaba normal, como él era, me contaba lo mal que se sentía porque el mundo nos había dejado solos y éramos él y yo contra todo eso. Oh, ¿pero los demás se podrían imaginarlo? No hay forma. 

Esta experiencia horrible que tuve me dejó algunas enseñanzas que quisiera compartir por acá, por si alguien alguna vez vive algo parecido. Yo sinceramente no le deseo lo que viví a nadie, ni siquiera a la gente que me cae mal.


Los padres son personas


Puede parecer obvio, pero a veces no lo es. Yo perdí a mi mamá hace siete años y hace poco que empecé a pensar en ella como una persona y no como mi mamá, y me pone mal saber que tenía muchos sueños por cumplir, mucho por vivir, siendo ella, una persona completa. Hubiese amado conocerla más y esto me pasa ahora con mi papá, hubiese amado conocerlo más. 🙁 Por eso si tuviera que darle un consejo a alguien que tiene relación con sus padres, sería que intenten conocerlos más pero como personas, saber cuáles son sus cosas favoritas, compartir, saber cuándo dieron su primer beso o algunos recuerdos importantes para ellos, preguntar todo lo que se pueda preguntar.

Hay algo de lo que me arrepentí y fue el haber perdido la paciencia con mi papá cuando todavía no se sabía bien qué era lo que él tenía. Discutimos varias veces y yo había cambiado, de ser la persona más tranquila que puedas conocer a ser una gritona sin paciencia, pero afortunadamente eso duró poco, ya que me di cuenta a tiempo que mi papá no estaba bien y yo menos, así que teníamos que apoyarnos. Las veces que le dije algo feo fui a buscarlo después de minutos, aunque yo estaba todavía enojada, iba hablarlo y a pedirle perdón, me costaba muchísimo porque se me ponía un nudo en la garganta y empezaba a llorar, él siempre me perdonó. 

En los últimos meses con él aprendí a verlo como a una persona y no como a mi papá frío que me hizo sufrir. Él también sufrió y sé que no me puedo hacer cargo de lo de él, pero viéndolo así pude comprender más su punto de vista, su forma de ver la vida, sus actitudes. No lo justifico ni comparto lo malo que hizo, pero sí comprendo. Gracias a eso, pude dejar de enojarme y tuvimos lindos momentos, más cuando cocinábamos juntos. Lo extraño tanto. 


La salud es importante en general


Si hay algo que vengo repitiendo y sé que mucha gente no entiende, es esto. La salud importa muchísimo y no solo la salud física. Yo no entiendo cómo es que todavía no es algo tan obvio para todo el mundo. Ver gente que no le importa nada de su cuerpo, desde su mente hasta sus pies, es tan triste. 

Nos podemos cuidar haciendo pequeñas cosas, como salir a caminar por 15 minutos, tomar agua, agregar frutas y verduras a nuestros días, aprender idiomas, jugar a juegos de memoria, aprender cualquier cosa nueva, no estar tanto tiempo en frente de las pantallas, etc... Hay tanto por descubrir y tanto por vivir, pero a veces la ignorancia no es felicidad. Hay que poder hacer que nos vean, nos analicen, no solo físicamente sino mentalmente y no es estar locos, todos lo necesitamos. 


Quiero tener muchos recuerdos


Esto se podría interpretar de dos maneras y una es la menos obvia, ¿quizás? Me encanta sacar fotos y filmar videos y esto lo heredé de mi papá que fue fotógrafo y camarógrafo. Me gusta mucho poder pausar el tiempo y poder recordar algo que si no existiera en foto o video no recordaría. 

Algún día voy a morir y se supone que nada de lo que hice o dije va a importar, todo se va a olvidar, pero pueden quedar mis recuerdos en las fotos y videos, e incluso en mis escritos. Podríamos vivir por siempre.


Todo lo que vivo ahora se puede ver reflejado en el después


Todavía estoy en modo alerta, todavía estoy en modo supervivencia, no solo por lo que viví con mi papá sino por los ataques de afuera. Creo que nunca sentí que tuve una familia en esos tiempos, sino que estaba en una guerra en la que entré accidentalmente. No me hago la víctima, lo soy. Estuve pasando por mucho sufrimiento y muchísimo estrés; la última noche que pasé con mi papá en la casa, él estuvo todas esas horas gritando, golpeando, casi rompiendo puertas y ventanas. Desde el 2020 no pude dormir casi nada, ni en la noche ni en el día, porque él me necesitaba. Tuve que hacer muchos sacrificios y siempre estaba preocupada. Hay tanto más que pasé, pero todavía no quiero escribir todo. Estar al cuidado de alguien así es un trabajo muy grande y que además vos no tengas buena salud tampoco, es muchísimo peor y a eso agregale que te caigan críticas de personas ignorantes a las que considerabas, no sé si buenas, pero al menos personas que no iban a ponerse en tu contra. 

Estoy muy agotada, ya pasaron meses de esto y de que mi papá murió, pero es un tipo de cansancio que no se va y creo que todavía no siento tanto su muerte, porque sigo cansada, perdida y apagada. Estoy disociando sin parar, no estoy más. 


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